Querido y firmante cuerpo:
Es ya tarde,
no has venido,
llevo un vestido como el lenguaje
del borde de los pájaros
y los huesos de mis ojos
van a salir
delgadamente
(ya sabes que también me salen
como las patas de los pájaros).
Es muy tarde,
cientos de imperios
de sigilo amarillo
vienen a invitarme a sus venas,
quiero decir
que se me junta con la luz
el poco peso que me celebra
y todos mis lugares restados de ti
chocan cayendo
como bombillas extasiadas
o calabozos de viento
o esos escalofríos de nácar
que sufre la historia de la sombra.
Querido y abajo firmante,
cuerpo,
es demasiado tarde
y me falto y te faltas
y te estoy esperando
que ya me saltan a beber
las estrellas
de esperarte tanto.
como a una creencia rara
devuelta por alguna acrobacia mía
de esas que hacen los rizos
recién cortados
quiero decir
cuerpo mío
que a veces me pregunto
si existe el cuerpo,
te calculo no sé
con qué sistema de esperanza.
Creo que mi apariencia es
porque te ocurro mientras tú
te tienes que habitar
conmigo adentro,
como a un invernadero de sangre
que idénticamente le brotan
rubíes y mandrágoras.
Pero ah cuerpo mío
eres irrebatible cuando yo te sitúo.
He enhebrado
tu vida de cuerpo
hasta el fondo de un tambor
que ningún hombre ha visto,
hasta el fondo de un poder
que nadie ha empezado
ni ha descrito,
hasta el fondo de un sol desgarrado
como un dolor de animal
inconcebible a nuestro sufrimiento,
de un sol astillado de estrellas,
quiero decir irisado
de comerse con sus ojos
entonces cuerpo mío
sucede
nos despeñamos en este vestido
despreocupadamente hermoso
boquiabiertos uno del otro.
Querido cuerpo mío,
es ya tarde,
llevo un vestido como el lenguaje
del borde de los pájaros
ven
corporízame como yo te almo.
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